sábado, 23 de mayo de 2009

Medición de Intangibles: Un gran reto para la contabilidad

Uno de los principales recursos que influye en el éxito de toda gestión – pública o privada - es sin lugar a dudas el recurso intelectual, que al no tener una existencia física es ignorado al momento de realizar el balance de una gestión. Sin embargo, si éste no existiera el logro de los objetivos en una institución no sería posible.

En estos momentos, en que se está trabajando para lograr un lenguaje contable universal y único, es necesario también tomar las acciones para que sean incorporadas en la información contable de toda empresa la capacidad intelectual de los trabajadores y la capacidad de interacción con los usuarios.

Es necesario entender, que la eficacia y eficiencia de una gestión, depende de la calidad de los recursos humanos que posea una institución. Por ello se torna imprescindible que las autoridades que se encuentran al frente busquen desarrollar sistemas de incentivo para sus trabajadores ya que en una sociedad económicamente competitiva, éstos se convierten en un recurso inestable.

Uno de los grandes retos que tiene la contabilidad en el presente milenio es establecer métodos para lograr medir la importancia de los intangibles, entendiendo estos como el conocimiento que poseen las personas o trabajadores, así como su capacidad para aprender, lo que sin duda los convierte en los recursos clave para la obtención de beneficios.

Son la base de la generación de cualquier otro tipo de capital y sin embargo no puede ser comprado, sino sólo contratado por algún tiempo, de ahí la importancia de encontrar sistemas capaces de valorarlos e incorporarlos en los mercados financieros.

A través de los estudios realizados en algunos países, se ha llegado a establecer que el valor más significativo de una institución es su Capital Intelectual, el que a la vez se encuentra dividido en tres componentes: Capital Humano (Conocimiento), Capital Estructural (tecnología disponible) y Capital Relacional(Relaciones con el exterior, usuarios y/o clientes).

Para dar un ejemplo, de esto diremos que para el logro de los objetivos trazados desde 1998 en la Contaduría Pública de la Nación, se ha contado no solamente con los recursos técnicos mencionados en un artículo anterior (Capital Estructural), sino también con el compromiso de los profesionales que laboran en ella (Capital Humano).

Es muy importante resaltar, cómo habiendo trabajado durante mucho tiempo de manera casi artesanal, los responsables de la elaboración de la Cuenta General de la República, los profesionales administrativos y todos los demás trabajadores de la Contaduría, pudieron asimilar en menos de un año, todos los conocimientos básicos necesarios para adaptarse a los cambios informáticos que se establecieron a partir del ejercicio 1998.

Sin duda lo que influyó de manera determinante en los avances logrados ha sido el ánimo de cada uno de estos trabajadores, que año a año se esfuerzan por superar los logros del ejercicio anterior. Así observamos, como en la Cuenta General de la República del año 2000 se ha obtenido el nivel más bajo de omisión en toda la historia de la Cuenta General, 7.7% de un universo de 2,311 entidades.

Asimismo, este esfuerzo de los trabajadores no habría dado resultado, si no se hubiera contado con el apoyo de las autoridades y personal técnico y profesional de las entidades (Capital Relacional), quienes en todo momento se identificaron con sus instituciones y con la Contaduría y se mostraron dispuestas a colaborar para lograr una mejor integración de la información requerida en la elaboración de la Cuenta.

En nuestro país, estos métodos de medición no son considerados actualmente, aunque sin duda muchas de nuestras instituciones tienen en alta consideración el Capital Intelectual que poseen.

Esperemos que con la intención de armonización contable que existe en nuestro país, también se lleguen a adoptar estos tipos de medición de valores intangibles ya que son éstos los más importantes de toda institución.

Es por ello necesario dar el primer paso en la medición del Capital Intelectual y permitir, con esto, valorar la importancia y necesidad de conocer, medir y gestionar aquellos intangibles que no se incluyen en la contabilidad tradicional pero que se constituyen en el principal recurso generador de beneficios de una institución.

CPC. Oscar Pajuelo Ramírez

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