Esta tiene la responsabilidad de cuidar su independencia; precisamente, de ese poder político que muchas veces busca los espacios arcanos (secretos, reservados y de importancia) para obtener beneficios y mayor poder. Así, ahora, los políticos norteamericanos se erigen como los acusadores y reformadores de prácticas contables profesionales. Pero, mal que bien, el poder político dirige al mundo y ésto, por lo menos en años adelante, no va a cambiar. Entonces, queda al profesional contable reñir con su conocimiento (ciencia) y tratar por todos los medios de perfeccionar su saber. ¿Hicieron ésto los contadores a partir de los setenta?.
Es evidente que algo se hizo pero no lo suficiente. Los instrumentos financieros creados en las últimas décadas, dejan obsoletas muchas prácticas contables y recién, a partir del año 2000, el FASB se ha preocupado por sacar a exposición contable los propósitos, las estrategias, los valores reales y los productos de cada instrumento financiero, incluyendo los no incorporados en el balance. Otras “operaciones estratégicas”, a pesar de los esfuerzos, se mantienen en secreto y su revelación, recién, a partir de los últimos sucesos, viene siendo efectuada a medias por algunas corporaciones norteamericanas.
En nuestro país no se ha hecho mucho, por no decir casi nada. No se informa, por ejemplo, sobre las situaciones financieras consolidadas, las únicas de valor real.
Pero la correspondencia con la realidad, en general, no sólo trata del aspecto técnico entre los sujetos (en este caso: los empresarios, los reguladores y los profesionales contables). Como ya sabemos por experiencia - caso ENRON, Global Crossing y otros – el acuerdo intersubjetivo, que se convierte en prácticas o normas contables, siempre está tratando de encajar una especie de esqueleto de caballo en el cuero de una vaca, y no es suficiente para aprehender una realidad que avanza rápidamente con la inteligencia humana, y que, muchas veces impulsada por los deseos de poder y seguridad, recurre a la opacidad.
La práctica de los secretos que los procesos especulativos suponen resulta en grandes ganancias o infinitas pérdidas y deudas como resultado de otra realidad que sorprende a los inversionistas y acreedores: Cuando el cálculo, de los que dirigen, gerencian, supervisan y auditan los negocios, es rebasado por la aplastante comprobación de que ya no se pueden guardar mayores pérdidas porque ya no hay caja para pagar las deudas.